Cocinada a fuego lento con fondo de ajo, cebolla y laurel, la perdiz estofada es para muchos la joya de la corona de la gastronomía y de los platos típicos de la cocina toledana, a pesar de su sencillez.
En esta receta, la materia prima, el punto de vinagre, el vino y las hierbas aromáticas son los elementos que marcan la diferencia. Las más ricas o las catalogadas como excelentes son las perdices de menos de un año, conocidas como perdigones.